El periodismo vio nacer, crecer y formarse a la gran Mireya Rodríguez Jara. En sus inicios, cubrió diversas fuentes, hasta consolidarse como un ícono de la nota social, que domingo a domingo dejó una importante, imborrable e insustituible huella con su esperada sección, en esta ciudad.
Hoy, se ha convertido en polvo de estrellas y el flash de su cámara, junto con su refinado y distinguido estilo al escribir, brillarán desde el firmamento. Ya está con Dios, quien la ha recibido con mucha alegría.
Es velada en la Funeraria de la Sección 10, y a la 1:00pm partirá hacia el crematorio.
Descanse en paz.