«Vivir entre cerros es vivir con temor e incertidumbre por derrumbes», dicen vecinos de las colonias 9 de Abril, Jaramillo, Une-PRI, Altamira, Plan de Ayala y Veracruz, consideradas como de alto riesgo por Protección Civil por estar asentadas entre laderas y barrancos.
También señalan a autoridades municipales de permitir invasiones en áreas verdes y el crecimiento irregular de colonias.
En esas colonias no hay señales o letreros que adviertan de posibles derrumbes y la gente, aunque dice que ya se acostumbró a caminar entre lodo y barro cada vez que llueve, reconoce que el miedo siempre está presente por los deslaves.
Tras el derrumbe del pasado jueves que destruyó una casa y causó la muerte de un matrimonio joven y de su bebé de seis meses, manifiestan que el temor de vivir en una zona de alto riesgo va en aumento, aunque difícilmente podrían cambiar de casa por la falta de recursos para una reubicación segura.
También se quejan de la proliferación de puestos ambulantes y comercios que invaden banquetas de la calle Ébano, pues dicen que ante algún derrumbe les bloquearían los caminos necesarios para ponerse a salvo.
Cualquiera puede invadir y vender
Marcaria Torres, vecina de la colonia Veracruz, manifiesta que el hecho de que haya colonias en cerros y laderas se debe a que, según ella, autoridades municipales «permitieron que se regularizaran las invasiones». «Cualquiera puede venir, tomar un área verde, apropiarse de ella y ponerla a la venta», insiste.
Además, recalca que autoridades municipales han permitido durante años las invasiones de áreas verdes y cerros, sin que haya una adecuada planificación en las colonias.
Eloína Guzmán, de la Plan de Ayala, coincide con Marcaría Torres y agrega que «con lluvia o sin lluvia, vivir en este lado de la ciudad siempre es de riesgo».