En un escenario marcado por la creciente intervención mediática y política de Donald Trump, sectores de la oposición mexicana están utilizando esta influencia externa como una palanca para reposicionarse y ganar fuerza frente al gobierno de Claudia Sheinbaum.
1. La presión externa como oportunidad política interna
Durante los pasados meses, la administración de Trump ha intensificado su presión sobre México mediante acciones como:
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Implementación de aranceles del 25 % a productos mexicanos.
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Activo despliegue de la DEA con iniciativas como el denominado “Proyecto Portero”Declaración de cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, lo que abre la puerta a posibles acciones militares diendo con unidad… y calculada rivalidad
En respuesta:
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Gobernadores opositores, como Samuel García (Nuevo León) y Mauricio Kuri (Querétaro), han llamado a “cerrar filas” junto a Sheinbaum para defender la soberanía nacional
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Alcaldesa Clara Brugada y otros funcionarios han acompañado un pronunciamiento en el Zócalo, destacando la importancia de proteger la economía y el bienestar de la CDMX frente al impacto de las amenazas arancelarias .
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Empresarios y organismos como COPARMEX han respaldado una estrategia de litigio y diversificación económica bajo el TMEC.
Sin embargo, ese respaldo no ha sido absoluto:
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El PRI y el PAN han mantenido posturas más críticas y recelosas, denunciando falta de diálogo por parte de Morena e insistiendo en que no darán “cheque en blanco” al gobierno.
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Lilly Téllez, senadora opositora, fue más allá al pedir públicamente el apoyo de Trump en la lucha contra el crimen organizado, hecho que generó una polémica sobre soberanía y posicionó a la oposición como mano de obra política ante la presión estadounidense .
3. Sheinbaum al contraataque
La presidenta ha respondido señalando que estos gestos son una estrategia de “entreguismo” por parte de la oposición, acusándolos de preferir los ataques desde EE.UU. a un diálogo interno constructivo.
Por su parte, el gobierno mexicano —enfatizando cooperación sin subordinación— ha defendido resultados concretos en seguridad, como la entrega de capos de alto perfil a EE.UU., mientras rechaza injerencias como el Proyecto Portero de la DEA