Los barcos langosteros que faenan en los Cayos de Florida enfrentan una doble crisis: por un lado, operativos intensificados —incluidas redadas y arrestos— que dejan a muchas embarcaciones sin tripulación; por otro, tarifas comerciales que erosionan los precios de venta y agravan la rentabilidad de un sector ya frágil.
Redadas y arrestos: creciente presión sobre la pesca artesanal
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Incautaciones masivas antes del inicio de temporada: Tres hombres fueron arrestados en Islamorada por poseer 53 langostas capturadas antes del inicio oficial de la temporada y usando métodos prohibidos como arpones. También se encontraron cangrejo piedra fuera de temporada y otros peces ilegales
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Vigilancia durante la mini-temporada: En vísperas de la mini-temporada, las autoridades de Monroe County reportaron varias detenciones por pesca ilegal, destacando violaciones como buceo sin bandera, métodos prohibidos y capturas fuera de cuota
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Pesca ilegal desde embarcaciones comerciales: Se registraron casos de tripulaciones comerciales que robaron trampas ajenas en aguas del canal de Long Key, lo que resultó en arrestos por robo y manipulación de trampas
Estas acciones generan temor entre los pescadores artesanales, ya que amplían la presión en un sector que ya sufre faltas de tripulación, sanciones y altos costos operativos.
Aranceles: un golpe económico inesperado
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Economía debilitada tras Irma: Tras el huracán Irma, que destruyó decenas de miles de trampas y dejó a la industria tambaleante, los pescadores confiaban en la recuperación mediante la exportación a China