Un reciente informe reveló que las precarias condiciones en los centros de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) han provocado un incremento alarmante en los intentos de suicidio entre migrantes detenidos en Estados Unidos.
De acuerdo con el documento, los migrantes enfrentan hacinamiento, falta de atención médica adecuada, abuso psicológico y prolongados periodos de detención, factores que deterioran gravemente la salud mental de las personas privadas de libertad.
Las cifras muestran que en el último año se han registrado decenas de intentos de suicidio documentados, muchos de ellos relacionados con la desesperanza de permanecer indefinidamente en estos centros, sin acceso a información clara sobre su situación legal.
Organizaciones de derechos humanos han denunciado que el ICE carece de protocolos efectivos para prevenir autolesiones, y acusan a la agencia de ignorar las recomendaciones internacionales sobre trato digno a personas migrantes.
“Estamos viendo cómo la desesperación lleva a muchos a pensar que la única salida es acabar con su vida. Es una crisis humanitaria que no puede seguir siendo invisible”, señalaron activistas.
Contexto
Estados Unidos mantiene bajo custodia a miles de migrantes en más de 200 centros de detención. Si bien el gobierno ha asegurado que se respetan los derechos humanos, las denuncias apuntan a una realidad marcada por abusos, aislamiento y falta de recursos básicos.