En un momento clave para su estrategia internacional, Donald Trump logró posicionarse como mediador central en el conflicto entre Israel y Hamás tras materializarse un acuerdo para la primera fase del plan de paz en Gaza. Con ello, el expresidente suma un triunfo en su visión de proyectarse como artífice de soluciones diplomáticas en escenarios conflictivos.
Contexto y significado
El acuerdo alcanzado entre Israel y Hamás representa la implementación parcial de un ambicioso plan de 20 puntos promovido por Trump, destinado a lograr un alto al fuego, el intercambio de prisioneros y hostages, y el repliegue parcial de fuerzas israelíes.
Para Trump, esto no solamente implica una mejora en su imagen ante audiencias globales, sino un refuerzo de su narrativa de liderazgo en política exterior: de figura polarizadora a mediador con capacidad de influir en los escenarios más complejos del mundo.
Reacciones y elogios internacionales
Las reacciones globales han sido mayormente favorables frente al rol que Trump ha desempeñado:
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El primer ministro británico Keir Starmer y otros líderes europeos elogiaron su “liderazgo indispensable” en la consecución del pacto.









