En medio de una de las peores crisis provocadas por lluvias en la historia reciente del país, México enfrenta no solo pérdidas humanas y materiales, sino también el clamor y la angustia de miles de familias atrapadas entre el barro, el agua y la incertidumbre. Con la frase “sabemos que hay mucha desesperación”, la presidenta Claudia Sheinbaum reconoció la magnitud del desastre mientras recorría zonas devastadas y prometía que la respuesta del Gobierno llegaría a todos los rincones.
El panorama humano tras la catástrofe
Las fuertes lluvias que azotaron el país entre el 6 y el 9 de octubre desencadenaron inundaciones, desbordamientos de ríos, deslaves y cortes severos de comunicación. En cinco entidades afectadas (Veracruz, Hidalgo, Puebla, Querétaro y San Luis Potosí) el saldo provisional es de al menos 64 muertos y 65 personas no localizadas.
En Veracruz —uno de los Estados más golpeados— se reportaron 29 fallecidos y 18 desaparecidos. Hidalgo sumó 21 muertos y 43 no localizados. Puebla reportó 13 muertes y Querétaro una persona.