Un análisis comparativo de las declaraciones patrimoniales de Adán Augusto López Hernández, exsecretario de Gobernación y figura clave del actual gobierno federal, revela una disminución inexplicable de 30 millones de pesos en su patrimonio reportado durante los últimos cinco años.
De acuerdo con documentos revisados por medios nacionales, López Hernández declaró en 2019 bienes e ingresos valuados en más de 45 millones de pesos, pero en su más reciente informe presentado ante la Secretaría de la Función Pública, esa cifra cayó a poco más de 15 millones, sin que se detallen ventas, donaciones o pérdidas financieras que justifiquen la diferencia.
Especialistas en transparencia advierten que el caso podría configurar una omisión o irregularidad administrativa, ya que la ley obliga a los funcionarios a explicar variaciones patrimoniales significativas durante su gestión o posterior a ella.
Hasta el momento, López Hernández no ha emitido una declaración pública sobre el tema, mientras que la Secretaría de la Función Pública informó que revisará la congruencia de los reportes y, de ser necesario, abrirá una investigación.
El exfuncionario, quien fue uno de los hombres más cercanos al presidente Andrés Manuel López Obrador, ha mantenido un perfil bajo desde su salida del gabinete, aunque sigue siendo considerado una figura con influencia política en Morena.
El caso reaviva el debate sobre la opacidad en las declaraciones patrimoniales de altos funcionarios públicos y la necesidad de fortalecer los mecanismos de fiscalización para evitar el ocultamiento o manipulación de bienes.