Las agencias antidrogas de Estados Unidos y México mantienen una cacería internacional para capturar a Brother Wang, considerado uno de los principales proveedores globales de precursores químicos utilizados para la fabricación de fentanilo.
De acuerdo con informes de la DEA y autoridades mexicanas, Wang —cuyo verdadero nombre se mantiene bajo reserva— opera desde el sur de China una red empresarial fachada que exporta sustancias químicas a laboratorios clandestinos en México, principalmente en los estados de Sinaloa y Sonora, donde son procesadas por los cárteles locales.
Las investigaciones revelan que el capo ha logrado burlar durante años los controles internacionales, utilizando intermediarios en Hong Kong, Singapur y Panamá, además de pagos mediante criptomonedas y transferencias encubiertas.
Fuentes de inteligencia describen a Brother Wang como un personaje discreto, sin antecedentes criminales visibles, pero con conexiones que le permiten mover toneladas de químicos prohibidos sin dejar rastro.
El gobierno estadounidense ha ofrecido una recompensa millonaria por información que lleve a su captura, mientras que las autoridades chinas aseguran cooperar en la investigación, aunque sin resultados concretos hasta el momento.
Analistas en seguridad advierten que la caída de Wang sería un golpe estratégico contra el tráfico internacional de fentanilo, pero reconocen que su red es tan amplia que podría seguir operando incluso si él es detenido.