La posible alianza entre el Partido Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano (MC) ha generado un intenso debate político en México, con analistas y militantes divididos entre quienes la ven como una estrategia de renovación opositora y quienes la consideran un riesgo que podría diluir las identidades de ambos partidos.
Tras varios acercamientos discretos entre dirigentes, la coalición se perfila como una alternativa para reconstruir el bloque opositor frente a Morena, especialmente de cara a los próximos comicios locales y federales. Sin embargo, diferencias ideológicas y de liderazgo han complicado el avance de las negociaciones.
Desde el PAN, algunos sectores promueven la unión como una vía para “ensanchar la base ciudadana” y atraer votantes jóvenes. En contraste, dentro de MC —liderado por Dante Delgado— hay voces que rechazan cualquier alianza con los partidos tradicionales, argumentando que el movimiento naranja debe conservar su imagen independiente y moderna.
Expertos en política advierten que una eventual alianza podría definir el futuro de la oposición: si logra presentarse como un frente coherente y competitivo, podría reequilibrar el panorama político; pero si fracasa, confirmaría la fragmentación del bloque opositor.
Por ahora, ni el PAN ni MC han confirmado un acuerdo formal, aunque fuentes cercanas a ambos partidos admiten que las conversaciones continúan y que los próximos meses serán decisivos para saber si la coalición será un éxito estratégico o un intento fallido de supervivencia política.
