San Andrés Tuxtla, Ver.— La Reserva de la Biosfera de Los Tuxtlas, reconocida por su biodiversidad y considerada durante años un santuario natural, atraviesa una crisis ambiental alarmante. En poco más de veinte años ha perdido cerca del 70 % de su cobertura selvática original, quedando reducida a solo 10 mil hectáreas de las 30 mil que conformaban su zona núcleo.

Eduardo Álvarez Ríos, miembro de la asociación Defensores de Medio Ambiente de Los Tuxtlas A.C., señaló que la expansión de la ganadería, los cultivos de tabaco y la tala ilegal están destruyendo aceleradamente la selva.

“El problema radica en que muchos ganaderos continúan derribando árboles para ampliar sus potreros; consideran la selva un estorbo en lugar de un recurso indispensable”, denunció el activista.

Uno de los casos más preocupantes ocurrió en el manantial de San Simón, donde el cultivo de tabaco puso en riesgo el agua del lugar. Aunque la PROFEPA clausuró dicha siembra, nuevas plantaciones han surgido, afectando nuevamente el equilibrio ecológico.

Álvarez Ríos también alertó sobre la falta de control frente a la tala clandestina, denunciando posibles vínculos entre taladores, autoridades ministeriales y elementos policiales. “Operan con total impunidad”, afirmó.

Las consecuencias ambientales ya son evidentes: fauna desplazada, fuentes de agua en proceso de agotamiento y un cambio drástico en las condiciones climáticas de la región. “La selva ya no regula la temperatura como antes; ahora los calores son extremos y las lluvias impredecibles”, agregó.

El ambientalista hizo un llamado urgente a la PROFEPA y a la CONANP para que actúen de inmediato, al señalar que no existe vigilancia suficiente y que la oficina de la PROFEPA en Catemaco se encuentra sin titular.

Mientras tanto, la emblemática selva de Los Tuxtlas se extingue poco a poco, víctima del abandono institucional y del impacto humano que avanza sin freno.