La carrera por la alcaldía de Nueva York ha entrado en un terreno inédito con la campaña del legislador progresista Zohran Mamdani, quien ha movilizado a más de 100 mil voluntarios y tocado un millón de puertas en lo que muchos describen como una de las operaciones políticas más ambiciosas en la historia reciente de la ciudad.
De origen ugandés y criado en Queens, Mamdani —hijo de inmigrantes y activista socialista— ha logrado conectar con amplios sectores populares gracias a un mensaje centrado en la justicia económica, la vivienda asequible y la equidad racial. Su lema, “Una Nueva York para todos”, ha resonado especialmente entre jóvenes, trabajadores migrantes y comunidades históricamente marginadas.
“Esta campaña no se construye con dinero corporativo, sino con esperanza y organización”, dijo Mamdani en un mitin en el Bronx, ante miles de simpatizantes.
Su estrategia ha apostado por el puerta a puerta tradicional, un modelo que recuerda las campañas comunitarias de los años 60, pero potenciado con herramientas digitales y redes vecinales. Voluntarios recorren los cinco distritos de la ciudad con listas personalizadas de votantes y materiales traducidos en más de una docena de idiomas.
Expertos en política local destacan que la estructura de base creada por Mamdani podría reconfigurar la manera de hacer campaña en Nueva York, tradicionalmente dominada por las grandes donaciones y los aparatos partidistas.
A pocas semanas de las elecciones, los sondeos colocan al candidato entre los favoritos, aunque los analistas advierten que su postura abiertamente de izquierda y su discurso contra los intereses corporativos podrían desatar resistencias en los sectores más conservadores.
Sea cual sea el resultado, la campaña de Mamdani ya se perfila como un movimiento ciudadano histórico, impulsado por la convicción de que el poder político puede construirse desde las calles y no desde los despachos.








