Como una persona humilde, noble y con la vocación de ayudar al prójimo, es como describieron al Cardenal xalapeño, Sergio Obeso Rivera, quienes tuvieron la oportunidad de convivir de cerca con él.

La señora Fanny, quien expresó haber mantenido una larga amistad con el Cardenal, recordó con cariño que le confió la historia del día en que recibió el llamado del señor.

«Alguna vez me contó que cuando era niño era muy travieso y no quería ir a la doctrina y daba mucha lata, pero vino un sacerdote italiano y en el momento en que el sacerdote habló, sintió el llamado de Cristo».

Por lo que uno de sus lemas era que «cuando Dios te llama, no hay otra cosa más que seguirlo».

La señora Fanny, decidió acompañar al Cardenal desde su llegada a la Catedral de Xalapa, durante la madrugada de este lunes, para despedirse de él.

Consideró que, por su vocación, era un Santo en vida y no duda que próximamente lo sea oficialmente.

Por su parte, la madre Sara Carrillo, también llegó a rezar al Cardenal y recordó su convivencia con él cuando era Arzobispo.

«Su labor aquí en la Catedral fue de una nobleza, fue una persona muy atenta, muy respetuosa», expresó Sara Carrillo, quien convivió con Cardenal cuando era Arzobispo.

Además, recordó que cuando oficiaba las misas en la Catedral, su mensaje a los fieles era sobre la importancia de ayudar al prójimo, por lo cual, era muy apreciado por todos.

Incluso, se quedará grabado en su mente con cariño, su platillo favorito.

«El señor hablaba por teléfono a la Casa Azul para que le hicieran de comer. Su comida preferida era la salsa de huevo, pero hecha en molcajete, con sus frijoles hervidos y su tortilla de mano, era la comida que siempre le gustaba que le prepararan».

Más de un centenar de fieles, amigos y familiares, se sumaron a la misa que se ofició en la Catedral a su llegada y se mantuvieron rezando por su descanso eterno durante la madrugada.