Álvaro Morata, delantero del Galatasaray y capitán de la selección española, ha compartido públicamente su experiencia con la salud mental, revelando cómo la presión mediática y las críticas constantes afectaron profundamente su bienestar.
En el documental Morata: no sabéis quién soy, el futbolista detalla los episodios de depresión y ataques de pánico que sufrió antes de la Eurocopa 2024. Morata describe cómo, al prepararse para entrenar, sentía un nudo en la garganta y veía borroso, lo que le impedía incluso abrocharse las botas. Estos síntomas lo llevaron a plantearse abandonar el fútbol y fingir lesiones para evitar la exposición pública.
Gracias al apoyo de su esposa, Alice Campello, quien también enfrentó dificultades psicológicas tras una complicación postparto, Morata buscó ayuda profesional. Comenzó a trabajar con una psiquiatra y un coach, y recibió respaldo de figuras como Andrés Iniesta y el seleccionador Luis de la Fuente.
El delantero también compartió cómo las críticas afectaron su vida familiar. Reconoció que le daba vergüenza salir a la calle con sus hijos debido a los comentarios negativos que recibían. Esta situación contribuyó a su decisión de fichar por el Milan y alejarse del ambiente hostil en España.
A pesar de su recuperación y el éxito con la selección, Morata cuestiona si vale la pena seguir representando a España debido al trato hostil de algunos aficionados. En el documental, expresa: «¿Me compensa ir a la selección para que te insulten y te piten? No».
Morata concluye su testimonio con un mensaje esperanzador, instando a quienes sufren a no avergonzarse y buscar ayuda, recordando que afrontar los problemas es signo de fortaleza.