Autoridades mexicanas han identificado anomalías en 21 aduanas repartidas en 13 estados del país, donde se sospecha que se introduce ilegalmente gasolina y diésel bajo la fachada de productos como aceites lubricantes, para evadir impuestos. El fenómeno, conocido como huachicol fiscal, ha cobrado relevancia tras investigaciones recientes y decomisos cuantiosos.
Qué se ha detectado
-
De acuerdo con datos de la Agencia Nacional de Aduanas, entre 2021 y 2022 las importaciones de aceites lubricantes —producto que no está gravado con el IEPS (Impuesto Especial sobre Producción y Servicios) al igual que ciertos aditivos— crecieron de forma “ilógica y desmesurada”, lo que coincide con un uso como disfraz para introducir combustibles que sí deberían pagar dicho impuesto.
-
En 2019-2020, México importaba unos 5,500 y 3,000 millones de litros de esos lubricantes. Para 2021-2022, las cifras saltaron a 18,200 y 14,700 millones de litros, un exceso estimado de casi 27,000 millones de litros que podrían corresponder al combustible evadido.
-
Se estima que la Hacienda pública podría haber dejado de ingresar hasta 120,000 millones de pesos (alrededor de 6,000 millones de dólares) por estas operaciones ilícitas.