๐ฌ๐๐ข๐ฆ๐ฃ๐๐ง๐๐ ๐๐๐ก๐๐ฅ๐๐ ๐ฌ๐๐ก๐๐: ๐ง๐ฅ๐๐๐๐๐๐๐ข๐ฅ๐๐ฆ ๐๐ก๐๐๐๐ก๐๐๐ข๐ฆ, ๐๐ฬ๐๐๐ฅ๐๐ฆ ๐ฆ๐๐ก๐๐๐๐๐๐๐ฆ ๐ฉ๐๐ก๐๐๐๐ข๐ฆ
El personal del Hospital General Cรณrdoba Yanga estallรณ en contra de sus propios directivos, luego de que se hiciera pรบblica la circular firmada por el ๐ฑ๐ถ๐ฟ๐ฒ๐ฐ๐๐ผ๐ฟ ๐๐ฟ. ๐ฅ๐ผ๐ฏ๐ฒ๐ฟ๐๐ผ ๐๐ฎ๐ฟ๐น๐ผ๐ ๐๐ฎ๐ฟ๐ฐ๐ถฬ๐ฎ ๐ ๐ฒ๐น ๐ฎ๐ฑ๐บ๐ถ๐ป๐ถ๐๐๐ฟ๐ฎ๐ฑ๐ผ๐ฟ ๐๐ถ๐ฐ. ๐ฅ๐๐ฏ๐ฒฬ๐ป ๐ค๐๐ฒ๐๐๐ฎ๐น ๐ ๐ฎฬ๐ฟ๐พ๐๐ฒ๐ ๐ฃ๐ผ๐ฟ๐๐ถ๐น๐น๐ฎ, donde se obliga a todos los trabajadores a abrir mochilas, bolsas y hasta la cajuela de sus vehรญculos para ser revisados por guardias de seguridad.
Los empleados califican esta medida como un abuso descarado y una humillaciรณn, pues los trata como delincuentes dentro de su propio centro de trabajo. La indignaciรณn tambiรฉn alcanzรณ a los lรญderes sindicales, quienes lejos de defender a la base trabajadora, prefieren callar y servir de adorno, protegiendo sus propios privilegios.
La molestia es aรบn mayor porque la secretaria general del ๐ฆ๐ถ๐ป๐ฑ๐ถ๐ฐ๐ฎ๐๐ผ ๐๐๐๐ฎ๐๐ฎ๐น ๐ฑ๐ฒ ๐ง๐ฟ๐ฎ๐ฏ๐ฎ๐ท๐ฎ๐ฑ๐ผ๐ฟ๐ฒ๐ ๐ฑ๐ฒ ๐ฆ๐ฒ๐ฟ๐๐ถ๐ฐ๐ถ๐ผ๐ ๐ฑ๐ฒ ๐ฆ๐ฎ๐น๐๐ฑ ๐ฑ๐ฒ ๐ฉ๐ฒ๐ฟ๐ฎ๐ฐ๐ฟ๐๐, ๐๐ฒ๐ฐ๐ฐ๐ถ๐ผฬ๐ป ๐๐ฉ, L.E. Rosalba Sรกnchez Garcรญa, asรญ como la secretaria general del ๐ฆ๐ถ๐ป๐ฑ๐ถ๐ฐ๐ฎ๐๐ผ ๐ก๐ฎ๐ฐ๐ถ๐ผ๐ป๐ฎ๐น ๐ฑ๐ฒ ๐ง๐ฟ๐ฎ๐ฏ๐ฎ๐ท๐ฎ๐ฑ๐ผ๐ฟ๐ฒ๐ ๐ฑ๐ฒ ๐น๐ฎ ๐ฆ๐ฒ๐ฐ๐ฟ๐ฒ๐๐ฎ๐ฟ๐ถฬ๐ฎ ๐ฑ๐ฒ ๐ฆ๐ฎ๐น๐๐ฑ, ๐๐ฒ๐ฐ๐ฐ๐ถ๐ผฬ๐ป ๐ฎ๐ฒ, Marisol Gonzรกlez Zardain, se han negado a defender a los empleados. A pesar de existir pruebas, reportes y testimonios que confirman los atropellos, ambas lรญderes sindicales optaron por no mover un dedo, dejando en la indefensiรณn al personal del hospital.
โEstos secretarios generales no son como los de antes, por menos de cosas como estas cualquiera de los representantes sindicales ya hubiera alzado la voz, pero estos dicen sรญ a todoโ, denunciรณ con coraje un trabajador inconforme.
De acuerdo con personal afectado, los sindicatos mantienen acuerdos en lo oscuro con los directivos, lo que les ha permitido colocar a familiares y amigos en plazas y contratos a modo, mientras el resto del personal sufre atropellos a sus derechos laborales.
La indignaciรณn crece dรญa con dรญa: mรฉdicos, enfermeras y administrativos sienten que estรกn solos frente a las imposiciones autoritarias de Roberto Carlos y Rubรฉn Quetzal, mientras sus supuestos representantes sindicales brillan por su ausencia y complicidad.
> La pregunta en los pasillos del hospital es clara: ยฟde quรฉ lado estรกn los sindicatos, del trabajador o de los directivos que reparten privilegios?