El derrame de hidrocarburo en el río Pantepec, registrado a inicios de octubre, continúa dejando graves afectaciones ambientales y sociales en diversas comunidades del norte de Veracruz, donde habitantes denuncian que la emergencia no ha sido completamente atendida por las autoridades.
A pesar de que Pemex informó la recuperación de más de 2 millones de litros de combustible y aseguró que las labores de limpieza están en su fase final, pobladores de municipios como Platón Sánchez, Álamo y Tantoyuca reportan contaminación en pozos, afectación a cultivos y mortandad de peces y ganado.
Organizaciones ambientales acusan a la petrolera de minimizar el impacto ecológico, pues aseguran que el hidrocarburo se extendió por varios kilómetros del cauce, dejando residuos que podrían tardar meses en desaparecer.
Mientras tanto, brigadas de Protección Civil y la Secretaría del Medio Ambiente continúan con trabajos de saneamiento y distribución de agua potable, ante el riesgo sanitario que representa el uso del recurso contaminado.
Expertos advierten que este incidente evidencia una falla estructural en la vigilancia de ductos de Pemex, así como la falta de protocolos eficaces para atender emergencias ambientales en zonas rurales.
Habitantes afectados han anunciado que buscarán acciones legales y compensaciones por los daños sufridos, mientras la petrolera insiste en que el derrame fue provocado por una toma clandestina y que los trabajos de recuperación continuarán “hasta restablecer las condiciones naturales del entorno”.









