Petróleos Mexicanos (Pemex) reportó pérdidas por 3,300 millones de dólares durante el último trimestre, a pesar de los apoyos financieros del Gobierno federal y los planes optimistas para elevar la producción de crudo y gas en el país.
De acuerdo con su más reciente informe financiero, la petrolera estatal atribuyó los resultados negativos a la caída en los precios internacionales del petróleo, el incremento en los costos operativos y las obligaciones fiscales que continúan presionando sus finanzas.
Aunque la compañía destacó un ligero repunte en la producción diaria, que se mantiene por encima de 1.8 millones de barriles, los ingresos no fueron suficientes para compensar el aumento del gasto y el servicio de deuda, que supera los 100,000 millones de dólares, una de las más altas del sector energético mundial.
El Gobierno mexicano ha reiterado su compromiso de respaldar financieramente a Pemex, bajo la premisa de fortalecer su papel como motor energético nacional, sin recurrir a nuevas privatizaciones. Sin embargo, analistas señalan que la empresa enfrenta un escenario complejo, con bajos márgenes de rentabilidad y una dependencia estructural del apoyo estatal.
Aun así, Pemex aseguró que mantendrá sus metas de producción y que avanza en proyectos estratégicos, como la refinería de Dos Bocas y la rehabilitación de plantas en el sistema nacional de refinación, con el objetivo de reducir la importación de combustibles y alcanzar la autosuficiencia energética en los próximos años.








